miércoles, mayo 15, 2024

¿Qué tenemos que hacer para dormir mejor?

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Claves para mejorar la calidad de tu sueño: consejos para un descanso reparador

El descanso resulta fundamental para el bienestar en todas las etapas de la vida, cobrando aún mayor importancia a medida que envejecemos.

Sin embargo, diversos factores como la crisis y el estrés cotidiano dificultan un sueño reparador. Las estadísticas revelan que casi la mitad de la población española experimenta dificultades para conciliar el sueño, durmiendo menos de las recomendadas 7 horas, siendo las mujeres quienes enfrentan mayores desafíos en este aspecto.

Aunque a partir de los 60 años se considera suficiente un descanso de 6 horas, muchos adultos mayores optan por acostarse temprano y despertarse entre las 4 y las 5 de la mañana.

Para lograr un descanso de calidad, resulta imperativo mantener una rutina nocturna consistente y evitar ciertos hábitos que, aunque pasen desapercibidos, afectan negativamente la calidad del sueño.

En este sentido, expertos nos ofrecen valiosos consejos que aplican independientemente de nuestra edad:

Establecer un horario fijo de sueño

Es recomendable acostarse y despertarse a la misma hora cada día, incluso durante los fines de semana. Esta práctica contribuye a la regulación del reloj biológico y enseña al cuerpo cuándo es el momento propicio para el descanso.


Optar por actividades relajantes

Incorporar actividades que fomenten la relajación antes de dormir es clave para preparar el cuerpo y la mente para el descanso. Leer un libro, disfrutar de un baño caliente o practicar la meditación son opciones efectivas que promueven un ambiente propicio para conciliar el sueño.


Controlar la exposición a la luz

Dado que la luz natural regula nuestro reloj biológico, es importante disminuir gradualmente la exposición a la luz artificial durante la noche. Especialmente, se recomienda reducir el uso de dispositivos electrónicos que emiten luz azul, como teléfonos y tabletas, para facilitar la transición al sueño.


Evitar comidas pesadas y estimulantes antes de dormir

Seleccionar cuidadosamente los alimentos antes de acostarse es crucial para evitar molestias estomacales y garantizar un sueño tranquilo. Se aconseja cenar al menos dos horas antes de dormir, optando por comidas ligeras y fácilmente digeribles. Además, es importante abstenerse de consumir cafeína y alcohol, ya que pueden perturbar el sueño.

Evitar comidas pesadas y estimulantes antes de dormir


Mantener una rutina de ejercicio regular

La práctica regular de actividad física durante el día contribuye a relajar el cuerpo y mejorar la calidad del sueño.

Sin embargo, es importante evitar ejercicios intensos justo antes de dormir, ya que pueden actuar como estimulantes y dificultar el proceso de conciliación del sueño.


Baño relajante

Sumergirte en un baño tibio antes de acostarse puede ser un ritual reconfortante para relajar los músculos y preparar el cuerpo para el sueño.

Añadir aceites esenciales relajantes, como lavanda, al agua del baño puede intensificar aún más el efecto calmante.


Respiraciones y meditación

La práctica de respiraciones profundas o la meditación son ejercicios efectivos para reducir el estrés.

Para concentrarse en la respiración, se puede utilizar una guía auditiva que proporcione instrucciones paso a paso para relajar la mente.


Estiramientos suaves

Realizar estiramientos suaves antes de acostarse puede liberar la tensión muscular y mejorar la sensación de confort. Estirar las piernas, brazos y cuello puede ser beneficioso para inducir un estado de relajación que facilite conciliar el sueño.


Escuchar música relajante

Sumergirse en la melodía suave de la música puede ser una excelente manera de preparar la mente para el sueño. Se recomienda elegir música clásica u otros géneros que promuevan un estado de relajación.


Crear un ambiente relajante

Para garantizar un descanso de calidad, es esencial sentirse en un entorno seguro y tranquilo.

  • Iluminación tenue: optar por luces tenues o lámparas con reguladores de intensidad para crear un ambiente acogedor.
  • Colores relajantes: utilizar colores suaves y relajantes en la decoración de la habitación, como tonos de azul o verde.
  • Ropa de cama cómoda: elegir sábanas y mantas suaves y cómodas para mejorar la sensación de confort.
  • Control de ruido: reducir el ruido ambiental con tapones para los oídos o máquinas de ruido blanco puede favorecer un ambiente tranquilo.
  • Temperatura agradable: ajustar la temperatura de la habitación para que sea cómoda, ni demasiado fría ni demasiado cálida.

Estos consejos prácticos contribuyen a crear un entorno propicio para un sueño reparador y una mejor calidad de descanso.


Mantener la habitación oscura

La oscuridad propicia la producción de melatonina, hormona reguladora del sueño. Se recomienda el uso de cortinas opacas o persianas que bloqueen la luz exterior, especialmente en áreas con iluminación nocturna intensa.

Mantener la habitación oscura


Conseguir una temperatura agradable

La temperatura ideal en la habitación oscila entre 18 y 21º grados. Mantener un ambiente ni demasiado cálido ni demasiado frío contribuye al confort y facilita un sueño placentero.


Minimizar el ruido

En entornos ruidosos, el uso de tapones para los oídos o la reproducción de ruido blanco puede ayudar a conciliar el sueño y evitar despertares nocturnos. La ausencia de ruido o un sonido constante y suave promueven un descanso más profundo.


Colchón y almohadas de calidad

Un colchón firme y almohadas que se adapten a la postura de descanso son fundamentales para un sueño reparador. La elección de estos elementos contribuye al confort y previene molestias durante la noche.


Despejar el desorden

Un espacio ordenado crea un ambiente de calma y tranquilidad propicio para el sueño. Evitar el desorden en la habitación puede influir positivamente en la sensación de relajación antes de dormir.


Limitar actividades estimulantes en la cama

Para asociar la cama con el descanso, se recomienda evitar realizar actividades estimulantes como trabajar, comer o ver televisión en la cama. Esto ayuda a establecer una conexión mental entre el espacio y la relajación.


Enfermedades que pueden afectar la calidad del sueño

Algunas condiciones médicas pueden impactar la calidad del sueño, señalamos algunas de ellas:

  • Apnea del sueño: provoca ronquidos fuertes y pausas breves en la respiración durante la noche.
  • Síndrome de piernas inquietas: se caracteriza por la necesidad de mover las piernas debido a sensaciones incómodas, especialmente durante la noche.
  • Trastornos del sueño: incluyen insomnio o síndrome de fase avanzada del sueño, alterando los patrones sueño-vigilia.
  • Enfermedades crónicas subyacentes: condiciones como diabetes, parkinson o artritis pueden afectar la calidad del sueño.
  • Toma de medicamentos: algunos medicamentos pueden tener efectos secundarios que afectan el sueño.
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